MIAMI – Un conocido instigador que ha estado en el sur de la Florida durante abriles enfrenta serias acusaciones que podrían resultar en su deportación a Cuba.
CBS NewsMiami
Ramón Saúl Sánchez, de 68 abriles, ha sido conocido durante abriles por liderar flotillas, una flota de barcos que navegan en aguas internacionales para arrojar flores cerca de Cuba para conmemorar la homicidio de balseros y personas asesinadas por el régimen de La Habana. Está inculpado de actividades ilegales, dijo.
“El gobierno (federal) afirma que soy un terrorista”, dijo el jueves, citando un documento de 17 páginas en el que los funcionarios de inmigración de EE. UU. enumeraron las razones por las que querían que lo sacaran del condado. “Afirman que las flotillas están interrumpiendo las relaciones internacionales porque son eventos irresponsables que atraigo a la concurrencia para que asista a estos eventos locos. Son flotillas conmemorativas para recapacitar a los niños, mujeres y hombres asesinados por el régimen cubano”.
El instigador cubano expatriado hizo el anuncio en el Museo de los Prisioneros Cubanos en la Pequeña Habana, donde fue apoyado por miembros de otras organizaciones que dijeron que no debe ser deportado.
Sánchez tiene previsto enfrentarse al sentenciador de inmigración que dictaminará sobre su caso el 27 de julio.
«Sería muy conveniente para el régimen (cubano) padecer en presencia de la imparcialidad a Ramón Saúl Sánchez», dijo Orlando Gutiérrez, del Directorio Tolerante Cubano.
«Todo cubano es Ramón Saúl Sánchez porque ese es nuestro derecho a afirmar lo que pensamos», dijo Gus García del Movimiento Democracia.
Sánchez ha estado en los EE. UU. desde 1967 y dice que ha estado tratando de convertirse en residente de los EE. UU. durante 21 abriles.
Pero dijo que no se le permitió hacerlo y afirma que sus acciones contra el gobierno cubano fueron politizadas por el gobierno estadounidense en dependencia del gobierno de la Casa Blanca.
“Morapio a Estados Unidos como refugiado”, dijo Willy Allen, quien ha sido el abogado de inmigración de Sánchez durante más de 25 abriles. «Muchos cubanos, incluido Ramón Saúl, creían que la naturalización o la ciudadanía estadounidense les permitiría considerar renunciar a la lucha por una Cuba librado».
Señaló que en 1998 se había subido una orden de deportación, pero se había llegado a un acuerdo por el cual Ramón Saúl Sánchez recibiría un permiso de trabajo cada año mientras esperaba una respuesta a una solicitud de residencia.
Allen dijo que eso cambió bajo la dependencia de Trump y que en su circunstancia se concertó una entrevista con su cliente.
“Como resultado de esa entrevista, USCIS lo acusó de terrorista”, dijo el abogado de inmigración.
CBS News Miami le preguntó a Allen si Sánchez podía ser deportado.
«Tengo mucha confianza en que no será deportado», dijo.
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