En el contexto de la crisis cada vez más profunda de la isla, los estudiosos de Cuba y su diáspora compartieron sus perspectivas sobre la identidad negra, las nuevas tecnologías, la creciente influencia de las religiones africanas, las innovaciones en música, cine y teatro, y una variedad de otros temas en las «Nuevas Direcciones». en la Conferencia de Estudios Cubanos”, que tuvo empleo la semana pasada en Centro Kislak en las Bibliotecas de la Universidad de Miami.
Los oradores destacaron el impacto de la globalización y el papel de las nuevas voces emergentes tanto en Cuba como en el destierro al afrontar el tema de la conferencia “Contornos de la crisis: principales desafíos para Cuba ayer, hoy y mañana”.
Amanda MorenoDirectora de la Colección del Patrimonio Cubano y Presidenta de Esperanza Colérico de Varona; miguel bustamanteprofesor asociado de Historia y Emilio Bacardí Moreau, Catedrático de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos; Y Lisa PezEl vicedecano de Colecciones y Estrategias Bibliotecarias, dio la bienvenida a los invitados a la chale impresión de las jornadas patrocinadas por la Fundación Goizueta.
Odette Casamayor Cisnerosla primera becaria presidencial distinguida Roberto C. Goizueta, reflexionó sobre la complicada historia de la raza y la identidad negra en Cuba en su discurso de comprensión, “Deconstruyendo la negritud cubana: notas sobre la racialización y la país en la Cuba contemporánea”.
«¿Quién soy?’ «Dicen que soy negra y cubana, pero igualmente caribeña, latinoamericana y latina».
Casamayor Cisneros dijo que sus antepasados, pueblos esclavizados de África, eran vistos como mercancías, no como personas. “Así que calculé mal la historia occidental”, dijo.
Al revisar la historia de Cuba sobre la negritud, el orador principal enfatizó que la novelística fue escrita en gran medida por miembros de la sociedad intelectual blanca de élite que retrataban a los negros como inferiores a sus compatriotas blancos.
Citó los primeros trabajos del etnógrafo cubano Fernando Ortiz, quien categorizó a los negros [those who followed Afro-Cuban religions] en sus primeros escritos como “primitivos” de bajo carácter íntegro.
Todavía destacó la labranza de la etnógrafa Lydia Cabrera, quien dedicó su trabajo a documentar las religiones afrocubanas pero ignoró las condiciones socioeconómicas y las desigualdades que igualmente sufrían los “Los Negritos” -como llamaba Cabrera a los sirvientes en su hogar- Fuentes primarias para su investigación. .
El jueves, un panel de discusión sobre «Ingresos y tácticas en la praxis de la vida diaria en La Habana» examinó las diversas formas en que los cubanos de hoy están lidiando con una crisis económica cada vez peor que ha provocado escasez de alimentos, medicinas y electricidad.
Arisbel López Andraca, Ph.D. Candidato de la Universidad de Texas-Austin, explicó cómo la flexibilización de las leyes cubanas en 1992 permitió a los cubanos mostrar abiertamente su anímico y prácticas religiosas. Ayer de 1992, el gobierno prohibía y sancionaba severamente estas prácticas.
Desde entonces, la creciente praxis de religiones afrocubanas (como la santería y el palo) ha aumentado el número de familias religiosas -practicantes tanto internamente como fuera de la isla- lo que ha permitido el intercambio de haberes y servicios más allá de los necesarios para los rituales religiosos. dijo.
“En cualquier caso, las familias religiosas desempeñan un papel crucial [in Cuban society]»Tener miembros de su clan religiosa en otros países puede darle a un beato o palero cubano ventajas para contrarrestar las limitaciones económicas cotidianas en la isla», dijo López Andraca.
Lilian ManzorProfesor asociado y presidente asociado en Michele Bowman Underwood, Departamento de Lenguas y Literaturas Modernasmoderó la sesión “Sonidos de crisis”, en la que los oradores destacaron cómo las limitaciones de la opresión han evolucionado para influir en el teatro, los documentales, el reggaetón y las artistas femeninas del jazz fusión.
Ruthie Meadows, profesora asistente de etnomusicología en la Universidad de Nevazón-Reno, presentó una nueva vanguardia de artistas cubanas de jazz negras.
“Mujeres como la ganadora del Grammy Daymé Arocena, que sigue la tradición de La Lupe y Cecilia Cruz, ofrecen formas novedosas de cotejar y cotejar con los sonidos de Blackness y configuran los límites sonoros de naturaleza del jazz fusión cubano, así como los límites del nuevo jazz cubano. Ciudadanía transnacional y pertenencia a la isla”, dijo Meadows.
En una conversación sobre la crecimiento de los estudios cubanos con Lisandro Pérez, profesor de estudios latinoamericanos y latinos en el John Jay College of Criminal Justice, Bustamante preguntó sobre las oportunidades que se presentan al centrarse en el espectro de la crisis que durante mucho tiempo ha plagado los alrededores de la isla.
“No regalo un momento en el que no hayamos trabajado en estudios sobre Cuba sin crisis”, dijo Pérez. Como exdirector del Instituto de Investigación Cubano de la Universidad Internacional de Florida, Pérez dijo que siempre trató de respaldar que hubiera una comunidad de científicos tanto en la diáspora como en la isla.
“A pesar de tener una crisis tras otra, la empresa académica logra superarla”, dijo Pérez. «Y eso es de vitalista importancia porque es inherente a la predisposición de algún que se dedica a la ciencia a fomentar el diálogo, la comunicación y la tolerancia de diferentes perspectivas».
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